Tres puntos finales
VERÓNICA SUÁREZ RESTREPO
EL TERCERMUNDISMO Y LA CLASE DE SEIS
En Colombia existen las clases de seis. No de seis compañeros, no de seis créditos… Clases de seis de la mañana. 6:00 a.m. No es ésa la hora a la que suena el despertador. No es tampoco la hora a la que se sale de casa. 6:00 a.m. A esa hora hay que estar frente al profesor, habiendo ya comprado un café, dispuesto a escucharle hasta que en el reloj den las 9:00. Lo peor de todo es que los estudiantes y el profesor no son los únicos despiertos en la ciudad: ejecutivos, choferes de buses, empleados de empresas y fábricas también se anticipan al sol en lo que a despertar respecta.
A veces pienso que en el tercer mundo nos quedamos con los horarios de la agricultura. Levantarse a las 5:00 para, como diría Borges, arrear los animales y el alba. Ordeñar las vacas, darles de comer a los cerdos. A pesar de los edificios y a pesar de las ciudades, a los relojes del tercer mundo no les ha llegado noticia de la revolución industrial.
Madrid, por su parte, es una ciudad que se despierta tarde. Es más, en Madrid se duerme más profundo. Es curioso, pero cierto. En Medellín, como muy tarde, me levanto a las 10. En Madrid, y no soy la única que lo dice, dormir hasta la una de la tarde no es ni difícil ni extraño. Pero, claro, ocurre también que Madrid se va a la cama mucho más tarde que Medellín. Acá, un martes, un viernes o un domingo se puede salir de copas perfectamente. La ciudad está viva hasta tarde; se disfruta de la calle todas las noches. En Medellín, en cambio, hay que acostarse a dormir, por la simple razón de que "mañana hay que madrugar".
En principio se me ocurrió que el asunto venía de la biblia. “Al que madruga, Dios le ayuda”, reza un viejo refrán. Pero parece que en Colombia madrugamos tanto, que nos va a tocar empezar a ayudarle a Dios. Madrugar no le gusta a nadie, señores, y por eso hubo que decir que al de arriba le parecía mejor así, porque a ése no lo cuestiona nadie. Que ya más tarde llegará el paraíso, que hay que pasarla mal en esta vida para pasarla bien el resto de la eternidad. Lo curioso es que España, el país de Isabel y Fernando, que tendría que ser el primero en dormir y el primero en levantarse, hizo caso omiso. España es un país que se permite gozar la vida, despertarse después de las 9:00 y hacer siesta de 2:00 a 4:00 de la tarde.
Y es que en las noches se vive mejor. Se piensa mejor. Se ama mejor. Se bebe mejor. Se escribe mejor. La falta de luz natural obliga a mirar mejor. Se puede elegir entre el silencio y el bullicio. Se puede buscar la luna. La noche tiene un misterio que España sabe apreciar y que permite descubrir sin reproches. Por eso yo, en cuestión de horarios, elegiría siempre a Madrid.