top of page

ciencia del hombre

 

Que si el hombre es predecible o no, y que si es posible hacer “ciencia del hombre”, me parecen cuestiones tan complicadas como discutibles. En este texto, deliberadamente informal, no pretendo pues acercarme a una respuesta. Más bien quisiera registrar algunos conceptos –productos de conversaciones y de lecturas de clase- que, supongo, resultan útiles en este contexto.​

 

Según entiendo, las Humanidades – llamadas por algunos “ciencias del hombre”- surgen sólo (con tilde, a pesar de la RAE) en el siglo XVII. No creo que sea casualidad su proximidad temporal respecto a la Revolución Científica. Los hombres empezaban a comprender el mundo en que vivían y empezaban a formular leyes que regían no sólo la caída de una manzana, sino la disposición del universo. Asimismo, existían también algunos que se preguntaban si no sería posible encontrar leyes que explicasen el comportamiento de los seres humanos. Lo que resulta curioso es que parece que los hombres no se contentan con explicar, sino que además les seduce tremendamente predecir. Una vez explicado el ciclo del agua se hace necesario entrar a pronosticar tormentas.

 

En principio, la dificultad a la que se enfrenta aquel que pretende hacer “ciencia del hombre” es que hace parte de aquello que estudia. La naturaleza, al poder observarse “desde afuera” permite una objetividad que las humanidades no admiten. No es posible aislar el fenómeno cuando se hace parte de él.

 

Esta dificultad, sin embargo, no fue impedimento para continuar indagando. Creo que el desarrollo de las ciencias naturales motivó y apoyó el avance de la pregunta por la “ciencia del hombre”. Hace años, no sabíamos mucho de anatomía, por ejemplo. Hoy, incluso, no comprendemos del todo cómo funciona nuestro cerebro. De cualquier modo, lo interesante aquí es que, luego de que se comprende cómo funcionan ciertos músculos, este saber va a traducirse en lo que Foucault llama “anatomía política del poder”: a aquel movimiento, que ya se entiende, habrá que sacarle el mayor provecho – siempre en función del poder. El saber que se construye en torno al ser humano no es inocente; no sólo busca explicar, sino, finalmente, manipular.

 

Hay un autor cuyo nombre no recuerdo que habla sobre dos tipos de máquinas que existen en el mundo: las triviales y las no triviales. El primer grupo lo constituyen aquellas que toda vez que se introduzca A, el producto será B. El segundo grupo está formado por las que, al introducir A, puede resultar B, pero también C y D. Hay máquinas menos triviales que otras. Las plantas son máquinas no-triviales menos triviales que los seres humanos. Sin embargo, incluso para estos siempre hay una tendencia a un cierto resultado: “en la mayoría de casos en que se introduzca A se obtendrá B”. Por supuesto no puede formularse una ley porque no siempre se cumple, pero esa "propensión a" es bastante interesante y, sobre todo, útil.

 

Los hombres no somos tan complejos como queremos creer. Somos máquinas no-triviales, sí; pero esta condición, precisamente, determina que si bien no es posible (aún) hacer predicciones totalmente acertadas del comportamiento de los hombres, sí es posible establecer a qué cosas tienden estos. Sin embargo, esa predictibilidad no debe ser vista en un sentido negativo, pues es necesaria para construir relaciones humanas.

 

La recolección de datos – que han facilitado las nuevas tecnologías de información- han permitido construir un saber sobre los hombres. Si fuésemos a representar de manera gráfica el comportamiento de estos, la curva vendría siendo algo así como una asíntota horizontal, donde aquel espacio en el que no se llega a cero sobre el eje x, aunque se tiende, sería la incertidumbre comprendida por aquellos casos excepcionales en los que al introducir A se obtiene C o D. Esa incertidumbre que hace posible que todavía haya un cierto encanto por el hombre. Entenderlo todo produce desencanto. Preguntarse es muy importante.

 

Con el progreso de las Humanidades, ha venido la pretensión –luego de predecir- de diseñar. Me parece que hoy se diseña con base en las tendencias de los hombres y se logra, hasta cierto punto, manipular su modo de proceder en la vida.

 

 

bottom of page